La DOM ha generado 1,500 nuevos empleos directos y centenares de indirectos
San Salvador, sábado 30 de abril de 2022
La generación de empleo es uno de los mandatos del Presidente Bukele y la Dirección de Obras Municipales (DOM), a lo largo y ancho de El Salvador, está abriendo oportunidades para cientos de salvadoreños, lo que les permite una mejor calidad de vida.
Con las obras que ejecuta la DOM hay trabajo para todos: desde el que maneja una retroexcavadora, controla el tráfico o mezcla el asfalto, hasta que el que vende café o prepara los almuerzos para los empleados de las cuadrillas.
Rosalío, María Magdalena, José Eduardo, Mary, César y tantos otros salvadoreños comparten un beneficio común: formar parte de este ecosistema generado a través de los trabajos de la Dirección de Obras Municipales, que les están dando una oportunidad de empleo y, además, están cambiando sus vidas.
Rosalío Majano, constructor de la clínica de su comunidad
Rosalío, Chalío como le dicen todos, posee la energía de un joven de la mitad de su edad. A sus 58 años asume con entusiasmo cada tarea asignada, no solo por el dinero que gana, sino porque le llena de orgullo ser parte de un proyecto importante para su comunidad.
Él, que ha sido campesino toda su vida y apenas cursó la primaria, ha vivido y crecido en el caserío Las Lajitas del cantón San Juan de La Cruz, en el municipio de Yamabal, Morazán.
Padre de cinco hijos, el primero de ellos con una discapacidad física. Chalío se ha ganado la vida limpiando milpas por lo que recibía un ingreso de entre $5 y $8 diarios.
Sin embargo, hace unos meses vio llegar a personal de la DOM que dio dos buenas noticias; la primera, la reconstrucción de la clínica del cantón San Juan de la Cruz, que llevaba más de una década en abandono, y la segunda, que buscaban empleados locales para realizar la obra.
Don Chalío se apuntó de inmediato para reconstruir la clínica de la localidad y ya lleva dos meses trabajando en la obra. Hoy asegura que ha visto sus ingresos duplicados. Además, se siente orgulloso de ser parte de un proyecto tan necesario para su comunidad. Incluso ha ayudado a siete compañeros de los caseríos vecinos al cantón San Juan de la Cruz a participar en las obras de reconstrucción. Del total de la cuadrilla, al menos la mitad son locales.
José Eduardo Albanés: “Con la DOM he obtenido mi primer empleo”
José Eduardo Albanés, de escasos 20 años, moreno, regordete y tímido, es parte de la cuadrilla del frente uno, ubicado en las cercanías del mercado San Miguelito en San Salvador.
Mayor de tres hermanos, se autodenomina “tornillero” y va junto a la máquina “terminadora” que aplica la mezcla asfáltica en una de las calles cercanas al mercado, que está siendo renovada por la DOM.
José, que apenas cursó hasta sexto de primaria, quiere que su hermano menor logre culminar el bachillerato y por eso se apuntó al empleo que ofrecía la DOM. Ya lleva tres meses en la zona y este es su primer empleo. El joven está feliz, ya que ahora puede apoyar a su papá, que trabaja de vigilante, con los ingresos de la casa. Por ahora hace “oficios varios” en la cuadrilla, pero su anhelo es poder conducir, un día, una retroexcavadora u otra máquina grande y crecer en el rubro de la construcción, ya se entrena para ello.
María Magdalena Arias, “la mera jefa” de la cuadrilla
María Magdalena Arias, de 37 años, es una de las pocas mujeres que dirige una cuadrilla de la Dirección de Obras Municipales. De enormes ojos cafés y una larga cabellera castaña que esconde entre su gorra, todos los días se calza sus botas y acude al frente 3 en San Salvador.
“Yo soy la mera jefa” bromea, al explicar que dirige a 17 hombres, algunos mayores que ella, pero a los que considera como sus hijos.
Su puesto de caporal incluye no solo dirigir la cuadrilla sino supervisar cuidadosamente que cada obra se ejecute con precisión y calidad. Ella sonríe al vigilar a sus “muchachos” y asegura que lleva 16 años trabajando en obras viales, empleo que obtuvo luego del nacimiento de su único hijo, quien es su orgullo.
María, con la piel tostada por el sol y un uniforme cubierto de asfalto, siente agradecimiento de haber dejado su venta de dulces típicos y hacer carrera como trabajadora vial.
La joven madre ya hace planes para reunir el dinero suficiente para que su hijo, recién graduado de bachillerato, pueda ir a la universidad. “Él quiere ser ingeniero o arquitecto y pues estoy juntando dinero, pero no es barato. Por ahora va a la zafra a ayudar a mi mamá con la venta de comida, pero mi anhelo es verlo como un profesional”, cuenta orgullosa.
María asegura que cualquier mujer es capaz de dirigir una cuadrilla y más que fuerza física se necesita valentía, carácter y ganas de salir adelante.
“Yo agradezco a la DOM por darme trabajo acá en esta obra, sobre todo, porque como mujer abren espacios para una. Muchas comenzamos como banderilleras, pero acá se puede crecer, solo es de echarle ganas”, comenta.
El negocio de pizzas de los Martínez
Don César Martínez y su esposa Roxana llevan 15 años en el negocio de venta de pizzas y flautas de queso y jamón, que comercializan en un improvisado carrito con el que recorren junto a sus hijos: Steven, de 13 años, y Samira, de 7, las principales calles de Ilobasco, en Cabañas.
La familia Martínez está agradecida con los trabajos de recuperación vial en el municipio, porque ahora pueden llegar a más lugares y vender más, pero sobre todo porque gracias a los tres frentes de trabajo de la DOM, que ejecutan obras en Ilobasco, han visto incrementadas sus ventas hasta en un 80%.
“Ahora traemos más producto, venimos en la mañana y al mediodía y siempre conseguimos venderlo todo. Los muchachos nos esperan y estamos agradecidos con Dios y con ellos, porque sí estamos ganando más”, explicó don César.
Don César, que lleva a sus hijos en los recorridos de la venta, dice que busca enseñarles a ganarse el sustento diario de manera honrada.
El padre de familia felicitó al Gobierno por las obras que ejecuta la DOM, que no solo están cambiando el rostro de su ciudad sino, además, le están permitiendo a él ganar más dinero y con ello obtener mejores oportunidades para el futuro de sus hijos.
Mary Nerio: “Estos muchachos me han traído una bendición”
Para Mary Nerio, quien trabaja en el comedor La Bendición, ubicado en las inmediaciones del redondel Constitución en San Salvador, afirma que lo que ha sucedido con las obras que ejecuta la DOM hacen honor al nombre de su negocio.
La joven, que recorre varias cuadras para llevar almuerzos preparados al frente uno de la DOM, localizado en la 17ª calle Poniente, dice que gracias a la realización de estos trabajos ahora vende hasta 20 almuerzos más por día.
Apurada, entregando sopas y platos de comida con sus correspondientes tortillas a varios empleados de la cuadrilla que la esperaban ansiosos, aseguró que cuando vio llegar los camiones se acercó a ofrecerles almuerzos y de inmediato capturó varios clientes.
La joven lleva sus manjares a varios negocios cercanos, pero asegura que los miembros de la cuadrilla son sus comensales más fieles y gracias a ellos ha podido ganar más dinero en esta temporada.